En el caso concreto de la poda de las cepas de los viñedos, influye tanto el ritmo sidéreo lunar (ascendente o descendente) como el sinódico (creciente, menguante, llena o nueva). Con luna ascendente y dentro de los primeros días de menguante, la savia asciende en mayor cantidad, por ello, los pámpanos serán más gruesos y los racimos de mayor tamaño. Cuanto más cerca de la primavera estemos, este hecho es más notable.
Las fuerzas que ejerce la luna en ascendente sobre los fluidos, son mayores que en descendente. Con luna joven o creciente, el dinamismo del agua en los organismos estará en fuerte resonancia con la lunación. Esto provoca un aumento del rendimiento y una mayor hidratación de los tejidos, pero a la vez una menor resistencia a las enfermedades. En luna menguante o vieja, aumenta la salud y la vitalidad, aunque a costa de un menor rendimiento. Por esto, a veces es mejor quedarse en un término medio.
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